Las metas trazadas, los proyectos que han sido parte de mi vida desde que tengo uso de razón, se resumen en dos cosas: ganas de superación y dificultades. Es de resaltar que la segunda ha causado una inclinación considerable en la balanza, a su favor. Desde que tengo memoria he carecido de los más importantes recursos para cumplir con todo lo planificado, eso en cierta forma se ha convertido en un obstáculo que por más que trato de sobrepasar, siempre está presente para recordarme que nada en la vida se consigue sin sacrificio y esfuerzo.
Algunas veces sacrificamos el tiempo, otras veces momentos con nuestras familias, tardes de cine con los amigos y una vida amorosa estable, debido al enfoque que tenemos en lo que queremos conseguir.
Pero algo es importante recalcar, ¡no valen las excusas!, cuando queremos progresar no buscamos excusas, buscamos soluciones.
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